El pueblo que aparece y desaparece

Si alguien te dijera que iba por la ruta, de noche, que vio una luz, que apareció en una ciudad con calles de oro, que se durmió sin saber cómo y que cuando despertó no sabía bien qué había pasado… mmmmm.

La leyenda es la de Tololo Pampa. Una ciudad que aparece y desaparece en medio del desierto de Atacama, en Chile.

Hay coincidencias en los relatos a pesar del paso de los años. Pero como todos sabemos, la sugestión juega un rol importante en estas historias no comprobables.

Qué se puede pasar en limpio de lo que dicen: que Tololo Pampa es una ciudad fantástica en la que se puede caminar sobre oro, disfrutar banquetes, estar todo el tiempo alegre, bailar sin parar, un perfecto oasis en medio del desierto de Atacama… hasta que todo concluye con un sueño del que se despiertan en medio del desierto envueltos en un frío extremo.

En el pasado, la ciudad se les aparecía a los que buscaban oro en la zona de Copiapó, una ciudad de la que se sacó plata en grandes cantidades allá por la mitad del siglo XIX.

Las leyendas de las ciudades mineras no sólo abundan en Chile y por supuesto Copiapó no es la excepción. El Muqui, el Tío, los Minairons… andan dando vueltas por Chile, Bolivia y ahí donde haya minas, oro, diamantes y plata que encontrar.

Volvamos a la ciudad con vida propia. Ah sí, Tololo Pampa no es sólo un lugar, es también un ser: seduce. Los relatos dicen que se manifiesta con luces que bajan de las estrellas y que cuando los viajeros ya están exhaustos en medio del desierto, Tololo Pampa les ofrece mercados con comidas, cómodas camas e inmensa alegría. Pero que todo eso dura un rato… sólo una noche. La ciudad atrae para volver a ser. Para recuperar sus épocas de esplendor.

Todo bajo una estricta condición: Tololo Pampa se les aparece a los buenos. Sí… si vas a buscar oro sólo para llenar tus bolsillos, la mítica ciudad te ignora. Si ese oro es para compartir, te invita a esa noche inolvidable.

Acá es cuando pierdo toda posibilidad de que Tololo Pampa sea real. Todos sabemos que las riquezas son sólo para los malos que llenan sus bolsillos.

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