Lo más aterrador lo voy a contar al final.
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Ya sabemos que Rumania encierra en sus fronteras a Drácula. Seguiré alimentando ese misterio con otra historia: la del bosque Hoia Baciu, un terreno de unos 3 kilómetros cuadrados en el corazón de Transilvania, los dominios del conde chupasangre.
Ahí adentro pasa de todo. Los árboles tienen raíces rarísimas, como para empezar. Los primeros que anduvieron registrando su paso por el bosque fueron los romanos. Pero vamos a los misterios más recientes… porque lo más aterrador lo voy a contar al final.
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A mediados de los 50, un ingeniero quiso derribar mitos. Se metió con una cámara. Entraba y salía del lugar. Sacaba fotos. Cuando las tuvo todas las llevó a revelar y tuvo que darle la razón a la leyenda: sombras, espectros y extrañas cosas aparecieron. Dicen que se quedó unos cuantos días más en la ciudad cercana al bosque, Chuj Napoka, intentando convencer a los lugareños de que cuando estuvo adentro del bosque no le pasó nada raro.
En 1968 un pastor tenía que llevar unas 200 ovejas al otro lado del bosque. Cortó camino y nunca más aparecieron ni las ovejas, ni el pastor… Los que revisaron el lugar veían huellas y huellas del pastor y de las ovejas… pero de pronto desaparecían sin explicación.
En ese mismo año, el técnico militar Emil Barnea y su novia, Zamfira Mattea se metieron al bosque. Parece que la aventura amorosa fue más fuerte que las advertencias. Emil fue por leña, hasta que escuchó el grito de Zamfira. Cuando volvió no podía creer lo que veía: su novia miraba al cielo, un disco metálico brillaba y flotaba encima de los árboles. Desapareció pero Emil alcanzó a sacar 4 fotos.
Igual… lo más aterrador lo voy a contar al final.
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En 2002 hubo otro reporte de ovni. Esta vez la nave tenía forma de cigarrillo y medía 50 metros.
Dicen que dentro del bosque rumano hay un espacio donde no crece nada, un círculo perfecto sin vegetación que es la pista de despegue y aterrizaje de los ovnis. Los que pisaron ese círculo terminaron desorientados, con dolor de cabeza y hasta con ataques de pánico.
Esperen. Lo más aterrador lo voy a contar al final.
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Tanto era lo que se hablaba del bosque misterioso que el programa de televisión “Destination Truth” decidió entrar. Evan, del equipo del programa, contó que fue atacado repentinamente mientras estaba sentado en el piso tras la aparición de un “repentino destello de luz”. El integrante de “Destination Truth” voló varios metros y sus brazos sufrieron varias heridas a pesar de que llevaba una camisa de mangas largas que no sufrieron ni un rasguño. Lo único que recordó Evan es que antes de volar por el aire sintió voces femeninas en un idioma extraño que provenían desde detrás de él.
Lo más aterrador
El bosque Hoia Baciu se traga a la gente. Los lugareños hablan de unas 1.000 desapariciones dentro de las tierras rumanas. Algunos volvieron… calladitos.
Una de esas historias es la de una nena de 5 años. Sus padres, la Policía, los habitantes de Cluj Napoka –la ciudad de unos 300.000 habitantes ubicada a 12 kilómetros-, todos buscaron a la chica. Pasó el tiempo. 5 años después, la nena salió del bosque con la misma ropa, el mismo rostro y el mismo cuerpo. El tiempo se detuvo para ella. No pudo decir una sola palabra de lo que vivió.
Se habla de un portal a otros mundos. Como esa mujer que volvió con una moneda recién hechita… pero del siglo XV.
Hay más. Una mujer y su hijo de 10 años iban por el bosque un atardecer de 1970. Una gran niebla los rodeó, sintieron frío, se durmieron y aparecieron en su casa. Jamás pudieron explicar lo que vivieron. Volvía a repetirse lo del tiempo detenido.
En 1991 Vasile Gorgos se fue de viaje por negocios como lo hacía habitualmente. Su familia se preocupó. Los viajes de Vasile no se extendían tanto. Lo buscaron como a la niña de 5 años. Vasile fue un poco más lejos: tardó 30 años en volver, con la misma ropa y el mismo aspecto de un hombre de 61 años con el que se había ido. “Estoy bien, sólo un poco perdido” fue todo lo que dijo del acontecimiento. Poco tiempo después murió… el secreto está en su tumba.
