Marina Yuszczuk también es poeta. Pero su pluma se quedó quieta un rato largo. En su vientre y en su mente jugaba Junio. Estaba sola. Cuando Junio ya empezaba a andar solo volvió a escribir.
–La figura de la madre soltera es muy fuerte. Fantaseé y vi a las madres solteras como a superhéroes –indica.
Fueron más de 9 meses pensando en el rol de la madre. Así nació Madre soltera, una larga poesía por la que obtuvo el premio Indio Rico de la asociación Estación Pringles.
A los 35 años Marina dice que la figura de la madre está ensalzada en nuestra sociedad…
–Pero por otro lado no se conoce muy bien lo que nos pasa –advierte. También califica de dificultad a la separación del hijo en la vuelta al trabajo.
–Tendríamos que tomarnos 2 años para estar con ellos. En el embarazo y los primeros momentos tras el nacimiento nos vamos a otro lado con nuestros hijos y te obligan a volver. Es difícil trabajar y ser madre al mismo tiempo.
Cuando debió dejar a Junio descubrió lo tan conflictivo de ese corte entre la madre y el hijo.
–Uno quiere estar cerca de su cría. No sé hasta dónde hay conciencia de la importancia de esos temas. Por eso lo quise contar.
Marina también dice que la poesía y la maternidad tienen casi los mismos tiempos que “van a contrapelo de la velocidad con la que vivimos hoy y que están en conflicto con el mundo actual”.
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Se nutrió de Sergio Raimondi (actual director del Instituto Cultural), Marcelo Díaz y Ana Miravalles, entre otros.
–Escribía poesía en secreto. Fue un salto ir a ese taller en Espacio Vox y conocer a tantas personas. Estudiaba Letras en la Universidad, pero fue muy importante esa formación paralela. Fueron años muy felices… Me acuerdo que los sábados nos juntábamos a leer poesía.
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–¿Por qué Junio?
–Estaba sola en el cine y se me ocurrió.
–¿Sola en el cine?
-Ah, sí, me encanta el cine y soy crítica en páginas como “El amante” y “Otros cines”. Lo mío es la escritura y no es extraño que escriba de cine. Me interesan muchas cosas. Si fuera por mí haría de todo.
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–¿No escribiste nada en el embarazo?
–Uno se queda en silencio. No sabía qué decir. Y cuando nació estaba todo el día con Junio a upa. Y me entregué por entero a esa experiencia.
Ya no está sola como cuando Junio estaba en la panza. Intenta con el papá de Junio formar una familia.
–En el libro da vueltas eso de una familia que se está formando con inestabilidad. Siempre da vueltas eso de que en una próxima discusión aparezca la separación. Es una particularidad de las familias de hoy en día. Es doloroso pero es una realidad con la que uno convive. Hoy somos una familia… y por ahí mañana, no.
