¿Tantas historias en un solo hotel?

¿Puede haber tantas historias dentro de un hotel y un pueblito de tan sólo 500 habitantes?

A finales del siglo 19, la opulencia agroganadera argentina se iba de vacaciones a la costa pero claro, los ricos no iban a dejar sus comodidades. Si en Buenos Aires vivían en palacetes por qué no iban a poder hacerlo también en la playa.

Entonces se hizo un alojamiento 17 kilómetros al sur de Miramar. El monumental Boulevard Atlántico Hotel tenía 76 habitaciones, un gran comedor, 2 canchas de tenis, una de fútbol y una de bochas. Sus pisos eran de alfombras rojas y el techo de pizarra negra. Así nació Mar del Sud.

Duró poco ese primer intento. El ferrocarril nunca llegó. La crisis del Gobierno de Juárez Celman hizo que no fuera posible. Con la frustración, la primera tragedia: el mentor Mauricio Schweitzer se suicidó.

 

El sótano de los nazis

A finales de los 30 y principios de los 40 vino la historia de los nazis. Algunos dicen que hasta llegó un submarino alemán del que bajó el mismísimo Adolf Hitler con lingotes y lingotes de oro para esconderlos en un sótano de Mar del Sud. La historia parece descabellada pero… Hace unos 5 años un vecino compró un terreno y cuando empezó a excavar para hacer el baño se encontró con una lápida con 2 nombres en alemán: señor y señora Schmidt. La casa había sido de 3 familias alemanas relacionadas con el nazismo. Y no quedó ahí: debajo de la alfombra había un camino a un sótano en el que el nuevo propietario halló 15 novelas en alemán publicadas en 1935 en Berlín. Para todo el pueblo siempre había sido “La casita de los alemanes”.

 

El cementerio de los niños judíos

Otra de las historias que cobija Mar del Sud es la de los judíos que llegaron escapando de la Rusia zarista. En 1891, unos 800 inmigrantes arribaron a Buenos Aires en el Vapor Pampa. Debían esperar que estuvieran listas las tierras de Entre Ríos que iban a ser destinadas a una colonización judía en esa provincia. Fueron alojados en el Hotel de Inmigrantes pero desbordó y se les ofreció ir al hotel de Mar del Sud. 12 horas en tren a Mar del Plata y 70 kilómetros en carreta hasta el Boulevard Atlántico Hotel. Se instalaron ahí. Pero vendría la tragedia: 25 niños y un adulto murieron de tifus. El cementerio de los niños judíos aún existe en Mar del Sud.

 

“Edith Piaf” se ahorcó en el cuarto 32

Eduardo Gamba es uno de los que más sabe de Mar del Sud. Fue administrador, cuidador, conserje… y de todo en el Boulevard Atlántico Hotel. En 1948, Eduardo era un adolescente de 17 años. Pasó 10 días en el pueblo. Suficientes para enamorarse de una chica de 16, Mabel Dupont. Una de las tantas francesas que veraneaban en Mar del Sud. Ella cantaba canciones de Edith Piaf.  “Tardé 4 veranos para ponerme de novio con Mabel”, dice Eduardo. Estuvieron 9 años de novios y sus únicos contactos eran en la costa. Se casaron. 20 años después Mabel tomó la decisión de ahorcarse en la habitación 32 del Boulevard Atlántico Hotel. Pero de eso no se habla.

 

El panadero que enojó a los narcos

Héctor Rubi González era el panadero de Mar del Sud. Incluso inventó unos alfajores para “llevarse de recuerdo”. Rubi también era el presidente de la Cooperativa Eléctrica. En 1996 le pegaron 3 balazos en la nuca y murió en el Hospital Privado de la Comunidad de Mar del Plata. Al parecer Rubi se había metido con el administrador del hotel de ese momento, un hombre pesado de apellido Solá, al que acusaron de quedarse con el hotel mediante maniobras fraudulentas y de hacer negocios con la droga. Parece que Rubí lo iba a denunciar, además de haberle cortado la luz por falta de pago y después de varias intimaciones para que abone lo adeudado. Dicen que Solá lo resolvió con un sicario.

 

Y no son las únicas

Hay más historias en Mar del Sud: la del naufragio del buque inglés con vajilla de porcelana que aún pueden encontrarse de a pedacitos en sus playas, la de los permanentes avistajes de ovnis, la de la bruja que tiraba las cartas adivinando casi siempre…

Boulevard Atlántico Hotel está abierto de nuevo. Se puede hacer una reserva a un precio razonable. En sus redes sociales hay un WhatsApp para que pidas una habitación.

 

(Si te interesa saber más de las historias de Mar del Sud podés hacerlo en el documental El último pasajero, en el libro del periodista Facundo Di Genova, “En el lejano sudeste”, en una tesis presentada en la Universidad Nacional del Sur o en https://enelmardelsur.blogspot.com/.)

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